¿Qué son los focos de ignición?
Las materias combustibles necesitan ser calentadas a una temperatura superior a la temperatura ambiente para que desprendan vapores capaces de mezclarse con el oxígeno del aire en condiciones apropiadas para la combustión.
Los focos de ignición son los encargados de proporcionar la energía de activación necesaria para alcanzar una determinada temperatura que haga reaccionar la mezcla de comburente y combustible. Esta reacción es lo que acabará detonando un fuego.
¿Qué cantidad de calor es necesaria para que se produzca un fuego?
El calor necesario para que se produzca un incendio depende del tipo de combustible. Para los gases y líquidos, la energía suficiente ronda entre 0,1 a 0,5 milijulios, es decir, que cualquier foco de ignición, como por ejemplo una chispa, es suficiente para encenderlos.
Por otro lado, los sólidos combustibles necesitan la presencia de una llama. Hemos de tener en cuenta que si estos sólidos se encuentran en forma de polvo su comportamiento es similar al de los gases, los vapores y los líquidos inflamables.
Tipos de focos de ignición
Los focos de ignición por su origen se clasifican en:
▪ Térmicos
▪ Eléctricos
▪ Mecánicos
▪ Químicos
¿Cuáles son los focos de ignición más frecuentes?
Existen numerosos focos de ignición, aunque algunos son más frecuentes que otros. Según datos recientes la electricidad (incluyendo la electricidad estática), la fricción o rozamiento, las chispas metálicas y el fumar y útiles de fumador causan el 55% de los incendios.
Estos son los focos de ignición más frecuentes:
- Electricidad 18%
- Fricción, rozamiento 14%
- Chispas metálicas 12%
- Fumar y fósforos 9%
- Corte y soldadura 8%
- Superficies calientes 7%
- Chispas de combustión 6%
- Llamas abiertas 5%
- Ignición espontánea 4%
- Materiales recalentados 3%
- Indeterminados 12%
Ejemplos concretos de focos de ignición:
▪ Cables eléctricos sobrecargados.
▪ Instalaciones eléctricas sin protección contra sobreintensidades.
▪ Fusibles de protección «puenteados».
▪ Derrame de combustibles por fugas de la alimentación en quemadores de calderas.
▪ Almacenamiento en combustibles líquidos, disolventes, etc., cerca de estufas.
▪ Trabajadores fumando en zonas de almacenamiento con combustibles sólidos y/o líquidos.
▪ Quema de desperdicios y basuras en lugares inadecuados.
▪ Ejes de motores y máquinas mal alineados, etc.
▪ Productos químicos incompatibles entre sí, que entran en contacto.
Conocer qué son los focos de ignición y saber identificarlos nos va a ser de mucha ayuda a la hora de prevenir un incendio, ya que sabremos de antemano si nos encontramos ante un escenario con factores potencialmente peligrosos.
